La ortodoncia no duele

Hay cuestiones que sin ser verdad encuentran acomodo en la opinión pública, y se reiteran y replican casi como una religión independientemente de su veracidad. En medicina hay muchos, unos más arraigados que otros, y no me gustaría citándolos contribuir con este post a darles más resonancia.

 

Pero sí quiero hablar de uno que hace referencia a una de nuestras áreas de actividad, la ortodoncia. Puedo decir sin temor a equivocarme que prácticamente el 100 por 100 de los pacientes que tratamos en Medicis Internacional entran a la consulta preocupados porque les han dicho que el tratamiento va a ser doloroso. Y nada más lejos de la realidad. Porque de igual forma puedo decir, incluso con más seguridad que en mi anterior aseveración, que todos los pacientes una vez finalizados sus respectivos tratamientos se marchan contentos y sin haber sufrido nada. La ortodoncia no duele.

El tratamiento de ortodoncia se debe hacer con fuerza muy leve y suavemente, y esa fuerza ligera es la que permite el movimiento dentario sin dañar a los dientes, las raíces y el periodonto.

Por ejemplo, cuando se pegan los brackets sobre los dientes –y se atan los arcos o alambres- el paciente puede notar una pequeña molestia durante un par de días, pero los tejidos blandos de la boca se adaptan muy rápidamente a estos cuerpos extraños. Si bien, si hay una zona que molesta más por el roce, se puede poner un poquito de cera dental.

Pese a esto, raramente se dan casos de una hipersensibilidad, y si la molestia es más fuerte se pueden tomar antiinflamatorios el primer día. Pero esto es verdaderamente excepcional.

Quizás sea por una generalización que se hace en la sociedad, metiendo en el mismo saco a dentistas, protésicos, ortodoncistas, implantólogos… Pero es importante explicar que la ortodoncia no provoca dolor, y con ella tratamos problemas como el prognatismo, el paladar angosto, el apiñamiento de los dientes… No necesitamos anestesiar ni sedar a nuestros pacientes, porque insisto en que no son tratamientos dolorosos.

También existe la creencia de que es bueno esperar a una edad preadolescente para realizar la primera visita, con el argumento de que la dentadura ya está desarrollada con piezas definitivas. Y no solo no es correcto, sino que a veces este retraso reconstituye en un verdadero problema. Porque cuestiones que se podrían haber corregido en pleno desarrollo de una forma más sencilla, después se complican y requieren de tratamientos más largos.

Por ello, es bueno recordar que las Asociaciones Americana, Europea y Española de Ortodoncia recomiendan hacer la primera visita al ortodoncista antes de los siete años de edad. Es a esta edad porque a partir de los seis años erupcionan los primeros molares permanentes y se forma la estructura básica de la mordida.

Es muy probable que en estas edades tan tempranas no sea necesario tratamiento de ortodoncia ni ortopédico. Pero con esta visita sí podemos los especialistas hacer una detección precoz de malformaciones esqueléticas y dentarias que pueden interferir en el crecimiento normal del niño.

Volviendo al tema del inicio de este post, para acabar respondiendo claramente a si la ortodoncia duele, la respuesta es no. Así que pueden acudir al ortodoncista sin temor alguno, salvo que hagan caso de falsos mitos…

 

Youcef Rahal
Ortodoncista Medicis Internacional

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