Lo que se pretende con el tratamiento de ortodoncia es la corrección de la posición incorrecta de los dientes y maxilares inferior y superior que dan lugar a una mala oclusión, pérdida de la función correcta e incluso a enfermedades bucodentales llevándolos hacia una posición más funcional y estética.

La ortodoncia es posible tanto en niños como en pacientes adultos.

 

En primer lugar habría que distinguir los 3 tipos de ortodoncia que existen:

  • Ortodoncia preventiva: suele ser en niños sobre todo en el proceso de cambio dental al permanente, antes de que se haya producido cualquier desviación cuando el diagnóstico indique que se vayan a producir.
  • Ortodoncia interceptiva: Ya se están produciendo desviaciones hacia malas posiciones en piezas dentales pero aún se está a tiempo de corregirlas.
  • Ortodoncia correctiva: ya existe deformación de las arcadas dentarias, hay una mala oclusión y/o la función está alterada.

 

Los casos más frecuentes por los que se suele realizar este tratamiento son:

  • Sobremordida o submordida.
  • Falta de dientes
  • Espacios interdentales o falta de espacio.
  • Apiñamiento de dientes.
  • Mordida abierta (falta de encaje de los dientes frontales).

 

 

Los tipos de aparatos de ortodoncia que existen son los siguientes:

  • Brackets metálicos convencionales: se trata de un aparato fijo de acero. Es poco estético y puede llegar a ser molesto.
  • Brackets autoligables: el bracket no está unido al arco como en el caso de los metálicos si no que consta de un pequeño clip para ajustar el alambre. La higiene es mejor y el tratamiento puede llegar a ser más rápido que en los metálicos convencionales.
  • Brackets estéticos: de materiales como el zafiro o la porcelana son más estéticos que los metálicos.
  • Brackets linguales: el aparato se coloca detrás de los dientes por lo que respetan la estética de tu boca.
  • Ortodoncia Invisible: este aparato es removible y prácticamente invisible pero no es apto para todos los pacientes, especialmente en casos complicados.